Está de moda todo tipo de publicaciones sobre temas de gestión empresarial, de Liderazgo y de Líderes triunfadores instantáneos. Se venden como pan caliente, y la publicidad hace creer que los que los leen, se transforman de una manera casi milagrosa.
El Liderazgo empresarial es algo que se fabrica rápidamente, que da resultados perfectos a la primera, que los Líderes no se equivocan, que su éxito es absoluto, que los que se convierten en Líderes son seres superiores y más importantes en la cadena de rangos sociales, y que para ser un buen Líder hay que hacer cosas extraordinarias, increíbles, casi fuera de la naturaleza humana.
Yo me pregunto ¿Quién es un Líder?
Para mí, cualquier ser humano es un Líder de su existencia, de su vida, auténtica y única. Aún así, el auto-Liderazgo debe desarrollarse, para lograr una mayor eficiencia personal, pero sin caer en exageraciones épicas.
Otro aspecto muy importante del Liderazgo es cuando nos involucramos en grupos, asociaciones, empresas o cualquier tipo de organización y nos corresponde guiar los destinos de un equipo de trabajo.
Lo positivo del aprendizaje de técnicas de Liderazgo, en mi opinión, es que nos da un empujón adicional de energía, una visión más clara y más enfocada sobre lo que debemos hacer para lidiar, en principio, con nuestras vidas, de una manera más saludable y honesta, y luego, para ayudar a otros.
El Liderazgo nos recuerda, con una serie de técnicas, lo que ya sabemos, pero muchas veces obviamos: la mejor manera de compartir esta existencia en la tierra, es tratando bien a los demás.
Por otra parte, el Liderazgo no es un curso de una sola lección, es más bien, un recorrido que dura toda la vida.
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